
Qué difícil se antoja concondar lo que se siente con lo correcto, con lo que se espera de uno...se corre el riesgo de ser hipócrita con uno mismo tán sólo para complacer tán sólo para sufrir por vía doble si se defrauda a los que expectantes esperan de tí si no les das lo que piden tal como lo piden y a tí misma por no corresponder a tu fuero intero siendo politicamente incorrecta y dando un lado a este mundo para mandar las normas y las apariencias a paseo y ser feliz.
Sea como fuere, opino que hoy en día todo el mundo peca de hípocrita en algún aspecto de su viday se deja de marchitar cual fragancia de una rosa...que presume de ser fresca pero de estar tan sacrificada a aparentar belleza olvida su esencia , su fragancia para dedicarse exclusivamente a su apariencia.
La ves y es preciosa, seguramente la comprarías pero al llevartela a la nariz es inocua e inodora, una fragancia de pestilencia de algo mortecino que hace mucho dejó de ser lo que era por naturaleza para ser lo que el hombre quiso que fuera...
Pasan los años y como hacemos con las flores...hacemos con las sonrisas.... vamos marchitándolas como flores sin olor.
Al cabo del tiempo uno se pregunta que si en realidad es feliz, porque entre la ansiedad, las pastillas, los sinsabores y los reproches varios después de una vida dedicada a intentar hacer a los demás felice ya no quedan ni ganas de sonreir...
Sólo rie cuando ve niños...quizá porque aún es lo único que aún el hombre no puede marchitar por mucho que se empeñe en ello.
La concordancia entre verbos copulativos es algo fascinante que aplicado a la vida diara nos deja una pequeña gran duda dispersa en nuestra mente...
Ser, estar o parecer...
¿Ser feliz, estar feliz o parecer feliz? Ésa es la cuestión...
No hay comentarios:
Publicar un comentario