domingo, mayo 20, 2012

La monotonía de vivir

Hubo una vez un chico que cansado de su vida fue a su psicologa a contarle sus frustraciones, sus fantasias, su ansia de libertad y de cómo su vida malentendida y frustada se iban transformando en la soga que hoy le asfixiaba. Le relataba de cómo sus padres no le escuchaban, le ignoraban puesto que no tenía la madurez necesaria a su edad (según el juicio de sus padres), sus ideas eran equivocadas (aún cuando el tiempo le daba la razón) y su edad no era reflejo de lo que se esperaba de él. Se habían desvidido por él, habían dejado de lado sus sueños y su vida para darle una vida fácil y las comodidades que ellos no pudieron vivir, pero.. ¿Alguien le preguntó que si el camino que sus padres habían decidido para él, era lo que el realmente quería? ¿Que las oportunidades que le ofrecían para el eran meras imposiciones mas que elecciones propias?. Me temo que no.
La psicologa no sabía que hacer, ella había estudiado una carrera porque sus padres le decían que era lo mejor, que el módulo que quería hacer de grado superior era una tontería comparado con lo que era tener un título y bajo esa coacción transformada en amoroso consejo, claudicó.
No le podía decir eso a su cliente, no podía decirle que el sentido de que le pagara 60 euros la hora , era fruto de una consternación propia de hacer una carrera que no le llenaba y que le había forzado a teñirse debido a las canas que años de estudio, de esfuerzo y de lágrimas de sangre le habían costado el tener ese título que colgaba en la pared de la habitación donde se encontraban.

-¿Que puedo hacer doctora? Me ignoran y no me escuchan aún cuando hablo por las buenas...
-¿Ha probado a sentarse con ellos y a decirles como se siente? Haga una lista de los momentos buenos y malos con ellos y expongalos. Haga un dialogo con ellos y pacte unas condiciones que lleven a la estabilidad de su hogar- dijo la doctora en plan solemne y lapidario.

El muchacho salió de allí desalentado. Esta sesión no había servido de nada. Claro que había hablado con sus padres ¿pero acaso ellos le habian escuchado alguna vez? la respuesta era negativa.
Entro en su casa con cautela porque esperaba la bronca diaria sinm preambulos ni tiempo a pensar en una defensa digna, pero allí no había nadie. Se recluyó en la biblioteca que tenía por cuarto debido a los tochos de apuntes que se apilaban a ambos costados y sobre el escritorio.

-Parece una notaría mas que un cuarto-pensó.

Encima de la pila de apuntes estaban su estuche y las llaves del coche, y de pronto vio su cartera.
La abrió y contempló una foto de la última feria de su pueblo. Era de un fotomatón con las tipicas fruslerias que se le añaden para que parezca menos sosa la foto y en ella el salía sonriente con su chica.

-¿Que queda de aquella sonrisa?-dijo con tono amargo y de resignación.

Hacía tiempo que todo había cambiado. La despreocupación juvenil en vez de parecer encantadora se tornó sombría y dolorosa para él. Sentía que no era feliz con su relación, que a pesar de que se querían no le llevaba lo suficiente como para ser feliz y eso le molestaba. Le molestaba no ser capaz de contarle a la persona que quería que ya sus " te quieros" no hacían el efecto que él deseaba que tuvieran, muy a pesar de ver la sonrisa y los ojos enamorados de ella y viendo como correteaba al verlo llegar cuando la recogía para salir. Era una dinámica macabra, pero él había elegido la voz del silencio pensando que eran etapas de la vida, que era normal no estar tan moñas como le decían sus amigos.

Se sintió molesto y cansado y se fue a dormir para reflexionar con su mejor amiga: la almohada. Pensó que todo la culpa era del estrés que se le acumulaba y que necesitaba descansar.
Abrió la cama por un lado, se sentó. Se descalzó las zapatillas, recogió sus piernas para meterlas dentro de la sábana, e intentó buscar la posición más cómoda para dormir. Y durmió.

Al dia siguiente, se despertó abrazado a la almohada y con la cara mojada: había llorado en sueños.
Pero pensó que había merecido la pena el sueño... sabía por qué lloraba, sabía por qué estaba triste... y es que en sueños él era libre de hacer, cantar, o amar a lo que el quisiera sin miedo a errar o al que dirán.
Era libre aunque fueran por unas cuantas malditas horas...era feliz y se lo acaban de arrebatar para caer de nuevo en la fatalidad de su vida cotidiana.



Ves cosas y dices,"¿Por qué?" Pero yo sueño cosas que nunca fueron y digo, "¿Por qué no?".
George Bernard Shaw

miércoles, abril 25, 2012

El hastio de vivir me colmata la sinapsis

Si fuera por mí, rezaría con tal de que una extinción masiva borrara del mapa a la humanidad y a toda la basura con patas que ella contiene.

sábado, abril 14, 2012

De criaturas maravillosas y otras memeces.


Nunca pensé que me plantearía esto por una asignatura, es más es una tontería, pero bueno ahí va.
Andaba la pequeña gafuda revisando su herbario y para su sorpresa había un gusano en la planta que te debe de presentar en su herbario. La cara de horror era un poema. ¿Qué hacer? Pues una cámara de gas casera con spray antibichos y una buena bolsa de basura. El gusano debía de morir.
Y pensé por un momento que parecia que estuviera en un miniauswitch. Yo la nazi que pensaba que ese gusano era un ser inferior que debía ser exterminado sólo porque codiciaba lo que yo queria, una planta (Nonea vesicaria para mas información).
Entonces cogi al gusano y lo deje en las macetas de vecino. Que se dedicara a lo suyo y yo a lo mio sin joderme mi herbario y mis preciosas plantitas.

Yo comprendo que tienes hambre larvita de algún escarabajo, pero es que necesito el herbario para sobrevivir en algún tiempo lejano por vivir a expensas de un título universitario para el cual necesito aprobar esta asignatura.


Mal dia para el forrajeo chiquitin ^^

sábado, marzo 03, 2012

En tu mente me instalé y los horrores sembré



Despertó envuelta en sudor frío y pánico. Se levantó de la cama de un salto y se miró al espejo: palpó su cara con asco, recorriendo con sus dedos cada arruga natural o de las sábanas, mirando las marcas que la pubertad dejó en sus mejillas, y se fijó en su entradita bien disimulada. Después bajó la vista y tampoco tuvo una buena visión de sí misma. Luego reinó el silencio mientras las lágrimas caian: estaba mirandose a sí misma en el tiempo, ahí había cicatrices aun sin cicatrizar, cicatrices feas y algunos cortes, alguna victoria, alguna derrota, pero sobre todo predominaba el miedo al fracaso, el sentimiento personal de fracaso que la recorría y la estremecía.

Y de pronto, vuelve a autoexaminarse por culpa de una canción. Esto no va de amor, ni de mierdas románticas. Va de una persona que piensa que su vida y la de un choco no difieren en emoción, es más la del choco tiene más emoción.
Pasa el tiempo y hallo quejándome, pero es que me da miedo errar ¿Y si al moverme me equivoco?¿Y si al responder a la monotonía esta me da una ostia en la cara?

Tengo miedo y no se ni de qué. Menuda cobarde estoy hecha. Fin del comunicado.

miércoles, octubre 26, 2011

A la luz del mechero Bunsen. Parte 1



Materiales:

Sujeto A : fémina en celo Sujeto B: becario melenitas y de ojos claros.
Método:

El sujeto A, se situaba apaciblemente en su lugar de trabajo cuando de pronto alguien irrumpió en la estancia, llevandose la concentración...y la calma.
Era el sujeto B, hondeando su pelo al viento y probeta en mano y rompiendo su embelesamiento diciendo: ¿Puedo meterte aquí la probeta? El sujeto A enmudeció, quiso meter en apoptosis su lujuria y su deseo, pero no podía de dejar de cortar bazo en forma de mortadela con el microtomo. De pronto el se fué, y ella pensó ¿Por qué no le dije nada?

Tan sólo tenía que haberse ajustado algo mas la bata y decirle con aplomo y picaresca: Mete tu pipeta en mi tubo de ensayo las veces que quieras corazón...

O un simple: ¿Me siembras o me inoculas? Y no tiene que ser en ese orden... ;)


Dedicado a Sujeto A cuyo estudio ha sido imposible a pesar de mi infinita comprensión.







viernes, octubre 14, 2011




















No hay pura luz
ni sombra en los recuerdos:
éstos se hicieron cárdena ceniza
o pavimento sucio
de calle atravesada por los pies de las gentes
que sin cesar salía y entraba en el mercado.

Y hay otros: los recuerdos buscando aún qué morder
como dientes de fiera no saciada.
Buscan, roen el hueso último devoran
este largo silencio de lo que quedó atrás.

Y todo quedó atrás, noche y aurora,
el día suspendido como un puente entre sombras,
las ciudades, los puertos del amor y el rencor,
como si al almacén la guerra hubiera entrado
llevándose una a una todas las mercancías
hasta que a los vacíos anaqueles
llegue el viento a través de las puertas deshechas
y haga bailar los ojos del olvido.

Por eso a fuego lento surge la luz del día,
el amor, el aroma de una niebla lejana
y calle a calle vuelve la ciudad sin banderas
a palpitar tal vez y a vivir en el humo.

Horas de ayer cruzadas por el hilo
de una vida como por una aguja sangrienta
entre las decisiones sin cesar derribadas,
el infinito golpe del mar y de la duda
y la palpitación del cielo y sus jazmines.

Quién soy Aquél? Aquel que no sabía
sonreír, y de puro enlutado moría?
Aquel que el cascabel y el clavel de la fiesta
sostuvo derrocando la cátedra del frío?

Es tarde, tarde. Y sigo. Sigo con un ejemplo
tras otro, sin saber cuál es la moraleja,
porque de tantas vidas que tuve estoy ausente
y soy, a la vez soy aquel hombre que fui.

Tal vez es éste el fin, la verdad misteriosa.

La vida, la continua sucesión de un vacío
que de día y de sombra llenaban esta copa
y el fulgor fue enterrado como un antiguo príncipe
en su propia mortaja de mineral enfermo,
hasta que tan tardíos ya somos, que no somos:
ser y no ser resultan ser la vida.

De lo que fui no tengo sino estas marcas crueles,
porque aquellos dolores confirman mi existencia.

viernes, octubre 07, 2011

Y si...

A veces en la vida, la cobardía gana al corazón y guarda bajo llave sentimientos y preguntas nunca realizadas y que nunca serán contestadas.
Hoy ha sido el día en que unas de esas preguntas de "¿Y si...?" me han sido contestadas.
Ahora puedo respirar en paz, a pesar de que la respuesta no era la que soñaba pero sí la que esperaba.




Siempre que suene esta canción, haré restropectiva entre mis recuerdos y sonreiré, por aquella estrella fugaz que sólo pasó una vez por mi órbita.

Fin (por fin) a algo que hace mucho tiempo quise saber.